Productor: Mil Suelos

Enólogo: Alejandro Sejanovich e Iñaki Otegi

Cosecha: 2018

Region: Viña Viejas de Maipu, Mendoza

Composicion Varietal: Chenin Blanc, Semillon y Chardonnay.

Elaboración: 24 meses en barricas usadas y 4 años de estiba en botella.

Graduacion Alcoholica: 13.5%

Temperatura de Servicio: 8 a 10 grados

Observaciones:

Este vino blanco es el resultado de un proceso cuidadosamente elaborado que combina tradición y técnica para resaltar las características únicas de estas cepas blancas tradicionalmente cultivadas en Mendoza: Chenin Blanc, Semillón y Chardonnay. Las uvas son sometidas a un proceso de prensado oxidativo. Este paso es crucial para lograr un vino blanco con un gran potencial de guarda. Luego, el mosto resultante se deja fermentar de manera espontánea en viejos barricones de 500 litros, utilizando levaduras indígenas presentes en el entorno del viñedo. Esta fermentación espontánea permite que las levaduras autóctonas impartan sus propios matices al vino. Después de la fermentación, el vino es criado en los mismos barricones de roble durante dos años. Durante este tiempo, el vino se desarrolla y adquiere estructura y carácter, mientras se integran los sabores. Finalmente, después de dos años de crianza en barrica, el vino es estibado en botella durante cuatro años antes de su lanzamiento al mercado. Este período de estiba en botella permite que sus componentes se integren aún más, asegurando que esté listo para ser disfrutado en su máximo esplendor.El resultado es un vino blanco complejo y elegante, con un gran potencial de guarda.


Tortoka Blend de Blancas 2018

$43.000,00

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Productor: Mil Suelos

Enólogo: Alejandro Sejanovich e Iñaki Otegi

Cosecha: 2018

Region: Viña Viejas de Maipu, Mendoza

Composicion Varietal: Chenin Blanc, Semillon y Chardonnay.

Elaboración: 24 meses en barricas usadas y 4 años de estiba en botella.

Graduacion Alcoholica: 13.5%

Temperatura de Servicio: 8 a 10 grados

Observaciones:

Este vino blanco es el resultado de un proceso cuidadosamente elaborado que combina tradición y técnica para resaltar las características únicas de estas cepas blancas tradicionalmente cultivadas en Mendoza: Chenin Blanc, Semillón y Chardonnay. Las uvas son sometidas a un proceso de prensado oxidativo. Este paso es crucial para lograr un vino blanco con un gran potencial de guarda. Luego, el mosto resultante se deja fermentar de manera espontánea en viejos barricones de 500 litros, utilizando levaduras indígenas presentes en el entorno del viñedo. Esta fermentación espontánea permite que las levaduras autóctonas impartan sus propios matices al vino. Después de la fermentación, el vino es criado en los mismos barricones de roble durante dos años. Durante este tiempo, el vino se desarrolla y adquiere estructura y carácter, mientras se integran los sabores. Finalmente, después de dos años de crianza en barrica, el vino es estibado en botella durante cuatro años antes de su lanzamiento al mercado. Este período de estiba en botella permite que sus componentes se integren aún más, asegurando que esté listo para ser disfrutado en su máximo esplendor.El resultado es un vino blanco complejo y elegante, con un gran potencial de guarda.


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